martes, 23 de agosto de 2011

Tercera entrega


El primer mes de nuestra estadía en La Paz se nos pasó volando. Las actividades continúan siendo tan convocantes como el primer día y nuestras ganas de aprender y de participar aumentan con cada intercambio. La coyuntura actual de Bolivia es decisiva: el proceso de cambio necesita consolidar sus logros y avanzar en las transformaciones estructurales que permitan imaginar y habitar un horizonte distinto al del capitalismo.

Jueves y domingos son los días en los que El Alto se viste de feria. No podemos determinar con precisión sus límites geográficos (al igual que La Salada y el mercado de Otavalo, reclama para si el título de ser la más grande de Latinoamérica). Mucho menos podríamos definir el rubro que la caracteriza: allí se venden autos y frascos de mayonesa vacíos, electrodomésticos y animales, ropa usada y perfumes importados, dvd´s y repuestos de bicicletas. Los exagerados dicen que alguna vez se ofertaron pingüinos; no pudimos comprobarlo. Para los locales, pasear por la feria es un evento social: las familias caminan por sus laberínticas calles con alegría y despreocupación.

Un grupo de cholas en pleno festejo

Finalizamos el curso de maestría y quedamos muy contentos con el nivel de las clases y con lo mucho que aprendimos sobre los procesos de colonialidad y las estrategias de desarrollo. Para festejar el final del módulo, nos juntamos con lxs compañerxs a cocinar comida japonesa. Créanlo, escuchar a Seu Jorge cantando canciones de David Bowie mientras comemos sushi en un departamento en La Paz es una combinación sumamente extraña. Agosto es el mes de la Pachamama y durante esta época se multiplican las ofrendas y los rituales dedicados a mejorar los cultivos y las cosechas. Nuestrxs compañerxs son mayormente de clase media urbana, pero aun entre ellxs hay un fuerte arraigo de elementos de la cosmovisión andina, lo que hace que se sumen (a su modo) a las celebraciones.

En agosto, dos peones al precio de uno y 20% de descuento en  la  Caro-Kann
Alexandra Flores nos recibió en la Fundación Solón. Walter Solón Romero (1923-1999) fue un muralista boliviano comprometido con la realidad social y política de su época. Junto a otros artistas e intelectuales, formó parte del Grupo Anteo, corriente profundamente vinculada con el pueblo y sus luchas. Alexandra nos contó que actualmente la fundación brinda su apoyo a distintas experiencias que desde el arte y el activismo cultural participan en distintas causas ligadas a los derechos humanos. También tienen un espacio de investigación y producción editorial ligada a estas temáticas.

Afiche realizado por Walter Solón

Volvimos al Alto para conocer a lxs compañerxs de la Casa de las Culturas Juveniles Wayna Tambo. Es un espacio comunitario autogestionado que tiene más de 10 años y en el cual funcionan un canal de tv, una radio, una biblioteca popular y periódicamente realizan festivales, talleres, espacios de formación anuales (este año la temática que recorre los encuentros es  “La construcción del Vivir Bien en contextos urbanos”) y ferias itinerantes. Junto a otras organizaciones de Tarija, Santa Cruz, Sucre y Cochabamba conforman la "Red de la diversidad". Tuvimos una excelente reunión con quienes conforman el colectivo del Wayna, en la cual nos contaron sobre su historia, sus formas de organización y sus luchas. Ya empezamos a participar en varias de sus actividades y a pensar algunas articulaciones posibles con diferentes experiencias en Argentina.  

La casa del Wayna Tambo 

El siguiente encuentro fue con  Jiovanny Samanamud. Actualmente está a cargo del Instituto de Investigación Pedagógica Plurinacional y en los últimos años participó de diferentes áreas de gestión en el gobierno. Además, da clases en la Universidad Popular del Alto y en la UMSA. Sin tradición de militancia en el MAS, es un cuadro formado al calor del ciclo de movilizaciones que desde El Alto contribuyó a la caída de los gobiernos neoliberales. El objetivo central del instituto que coordina es la reflexión, la investigación y el debate en torno a la des-colonización de la educación. Para tamaña tarea, son solamente 4 compañerxs. Obviamente, nos ofrecimos para colaborar. Jiovanny tiene una visión muy lúcida sobre las tensiones del proceso, y considera que una de las condiciones de posibilidad para la existencia de lo plurinacional es precisamente la baja institucionalidad del estado en tanto tal. Como uno de los desafíos a tener en cuenta remarcó la diferencia entre los tiempos de la gestión y sus necesarios resultados en el corto plazo y la construcción de una nueva forma política a mediano y largo plazo. Señala como problema la  incorporación, sobre todo a partir de 2009, de algunos tecnócratas en puestos claves de la gestión gubernamental, en detrimento de representantes de movimientos sociales (esto es parte de la tensión entre la democratización y el centralismo en la toma de decisiones y en la circulación del poder). Termina diciendo, con optimismo y vocación de trabajo, que “Aquí hay que inventar mucho, y lo más difícil es inventar lo nuevo”

A inventar pues.

Hasta la próxima…

domingo, 14 de agosto de 2011

Segunda entrega


Ya pasaron casi 3 semanas de nuestra llegada, y por momentos nos sorprende un poco darnos cuenta de la cantidad de encuentros, visitas y entrevistas que fuimos haciendo en este corto plazo. El ejercicio de recordar para escribir y así poder compartirlo nos obliga a volver sobre todo lo que fuimos aprendiendo en este tiempo y nos invita a revivir experiencias.

La Paz vista desde El Alto

Realizada como parte de los festejos del 6 de Agosto (aniversario de la Independencia), la celebración de las escuelas del barrio de Irpavi empezó con un recorrido por los 9 departamentos que conforman el país. Lxs niñxs dramatizaron escenas típicas de cada lugar en el siempre estructurado formato de un acto escolar. Pero incluso considerando el modo de disciplinamiento, de construcción y transmisión de la memoria histórica que este tipo de actividades realiza, hay que decir que en Bolivia eso se hace en torno a lo diverso, y recuperando formas y tradiciones comunitarias.

Pequeños gigantes


Ayuda maternal

¿Qué miran, gringos?

La primera semana habíamos visitado el espacio del centro de estudiantes de la carrera de sociología de la UMSA y ese día nos invitaron a su próxima asamblea. Allí fuimos, y nos encontramos con aproximadamente 120 personas en el auditorio de su facultad, un edificio que todavía está en construcción (las universidades latinoamericanas tienen ese algo en común…). Lo primero que llama la atención es que no están sentados en ronda, aunque eso no parece afectar la circulación democrática de la palabra. La orden del día tiene dos puntos: la discusión sobre la continuidad de un empleado administrativo de jerarquía - el cargo se llama kardista – y la posición de la asamblea, órgano definitorio de la toma de decisiones, frente a un consejo creado por lxs directivxs para controlar todos los actos electorales que allí acontezcan, incluso auditar las elecciones de los centros de estudiantes. En ambos casos, lxs militantes de las distintas fuerzas discutieron acalorada y lúcidamente y resolvieron ambos temas por votación. El hecho de que estén discutiendo sobre la designación del kardista (con argumentos que ponían el eje en la imposibilidad de separar la política de la técnica y que por ende tenían que conocer y controlar a quienes ocupan cargos administrativos) revela que lxs bolivianxs parecen haber integrado de manera armónica (y muy práctica) la conciencia de que todas sus acciones son  políticas.

Campañas sucias...

La siguiente reunión fue con Mariel, periodista e investigadora, oriunda de Cochabamba. Conoce de cerca al proceso, vive y piensa junto a él y nos deja muy en claro que el próximo gobierno tiene que ser tan o más de izquierda que éste. Claro, ella sabe y está segura de que en Bolivia la derecha ya no va a ganar elecciones. Pero le pide a Evo que cumpla sus promesas sobre las autonomías indígenas,  un punto que considera central en esta historia que se está escribiendo. Por momentos, cuestiona las acciones partidarias del MAS frente a la búsqueda de las organizaciones indígenas por efectivizar su autonomía. Sostiene que la ambición de poder de algunos miembros del MAS hace que se equivoquen. Quizás sea une visión demasiado centrada en desviaciones individuales, pero eso no quiere decir que no existan dirigentes que se den vuelta. La historia la hacen (la hacemos) hombres y mujeres concretos. Coincidimos en que la restitución de la dignidad de los pueblos indígenas ha sido y es una de sus grandes conquistas históricas, lo cual supone un cambio en los paradigmas y los imaginarios que gobernaron este territorio durante 514 años.

Después de la merienda, Mariel nos invita a la presentación de un proyecto de investigación de CLACSO del cual ella forma parte. La investigación es a la vez una denuncia sobre el brutal número de suicidios femeninos que hubo entre 1984 y 1985 (45 y 56 respectivamente) en la comunidad cochabambina de Pocona. Durante esos años, la cooperación internacional (el BID y el BM) llevó adelante un proyecto de mejoramiento tecnológico integral. Largos meses de etnografía y de análisis dieron por resultado una investigación excelente, que da cuenta de las transformaciones que la “modernización” de la agricultura generó en las formas de vida y las relaciones comunitarias. Como parte de la investigación, realizaron un emocionante audiovisual sobre los modos en que la comunidad de Pocona procesó lo que sucedió por aquellos años (entre otras cosas, la iglesia no dejo enterrar a las suicidas en el cementerio del pueblo). Pedimos copias para llevar, pero por ahora los derechos los tiene CLACSO. Paradojas de la academia… Al llegar al evento, nos enteramos que teníamos el rol de comentaristas y nos impresionamos ante tanta formalidad, pero tomamos el micrófono para agradecer la invitación, felicitarlxs por el trabajo y reafirmar nuestro rechazo a los procesos de mercantilización de la vida.

Días más tarde, visitamos la Feria Internacional del Libro. La mayoría de quienes nos conocen saben que compartimos una fuerte atracción por los libros. En nuestras compras se mezcló la literatura local, la producción teórica sobre el Estado en América Latina, textos dedicados a cuestiones culturales y educativas y análisis coyunturales. En fin, de todo un poco. Ahí vimos la primera obra de teatro desde que llegamos: Sólo con esto, obra del grupo Altoteatro  (oriundos de El Alto, ¿no?). Una vez más, sentimos la potencia que tiene el teatro para develar, de manera artística, las relaciones y los imaginarios que circulan en una sociedad. La obra es profundamente actual, se estrenó en enero y va por las 70 funciones hechas en cárceles, escuelas, minas y otros lugares no convencionales.  Es una de esas obras que, como Kotidiana o Cada una de las cosas iguales son poderosas experiencias que desde el campo del arte lanzan discursos políticos que nos interpelan y nos hacen preguntas, una obra que piensa y hace pensar. Lejos de cualquier estructura panfletaria y recurriendo a distintos lenguajes, contiene una poderosa reflexión acerca de la complejidad de los cambios, de la profundidad de la colonialidad y de la discriminación. Como ya nos han enseñado otras experiencias históricas, no basta con emitir decretos o crear programas, secretarías y ministerios para revertir matrices arraigadas de dominación y dependencia.

Por ahora, sólo desde la tribuna.

De a poquito vamos sintiéndonos más cerca de habitar la Paz, ya conocimos algunas organizaciones y personas con las cuales surgieron afinidades y horizontes en común, lo que hace que mezclando las ganas con el compromiso, volvamos a encontrarnos.

Hasta la próxima…


PD: Feliz cumple comandante, hasta la victoria siempre.

jueves, 4 de agosto de 2011

Primera entrega

Recorrer La Paz, caminar sus calles empinadas y asombrarse en cada esquina, es siempre una oportunidad única. Y si a la de por si movilizadora experiencia de vivir en esta ciudad se le suman encuentros con algunos y algunas de los que están escribiendo la historia del proceso de cambio que vive este país desde hace por lo menos 5 años [1], la intensidad de la experiencia es todavía mas difícil de plasmar en un papel, pero vale el intento [2].

"La Paz, ciudad tan extraña, tan diferente a las demás ciudades del mundo, tan alta y a la vez tan profunda... No podría ser albergue de gente sumisa, blanda, mansa o adormecida" Alberto Ostria Gutierrez
Una semana después de llegar, y sin estar del todo repuestos de los efectos de la altura y de la sequedad en el ambiente (nuestros cuerpos son muy distintos a 4000 mts. de altura), asistimos a la Entrada Folklórica de la Universidad Mayor de San Andrés, la universidad publica más grande de Bolivia. En este acontecimiento, alrededor de 20.000 estudiantes, docentes y administrativos de la universidad, divididos en colectivos por carrera, se organizan en comparsas que eligen alguna de las más de 500 danzas que tienen las comunidades indígenas[3] y realizan un recorrido de 6 km. por las calles de la ciudad. El resultado es un evento que moviliza a un total de 70.000 personas y casi igual cantidad de litros de bebidas alcohólicas, que acompañan a un público entusiasta y a los esforzados danzarines. La inmensa variedad de colores, ritmos, movimientos y  trajes es una muestra más de lo extraordinariamente diversa que es la sociedad boliviana. Fue Zavaleta quien acuñó la expresión sociedad abigarrada para intentar explicar las complejidades de una Bolivia que nunca terminó de constituirse como un estado nación y ahora asume el desafío de construir un Estado Plurinacional, tal como lo marca su reciente (si, reciente, apenas tiene dos años) Constitución Política del Estado. Volviendo al desfile, fue impactante poder ver, en el lapso de dos horas, una multiplicidad haciéndose a si misma con cada paso que daban los integrantes de la UMSA. Inevitable no pensar (o quizás desear) en la posibilidad de que algo similar ocurriera en la UBA. Las escasas tradiciones en común que tenemos quienes la habitamos también implica, por un lado la imposibilidad de que algo así sucediese y por el otro la pregunta acerca del modo en que se (de) forman los colectivos en el tránsito por nuestra universidad. 








La mafia también se hizo presente

Bellezas paceñas

Un bolsillo resistente...
Oscar Vega (él, con toda su simpatía a cuestas, prefiere que lo llamemos Oky) nos regaló el privilegio de escuchar lo que fue una verdadera clase sobra la situación del proceso boliviano, sus tensiones, sus escollos, sus logros y sus desafíos. Ya estamos leyendo su último libro y café de por medio se ocupó de darnos sus apasionadas visiones,  permitiéndonos acercarnos más a las complejidades de este camino que está en marcha, y sin posibilidades de volver atrás.

Subir al Alto para encontrarnos con un joven referente de una organizacion indianista-katarista también significo internarnos en el maravilloso laberinto de la bolivianidad, si es que algo así existiese. Admirador de Frantz Fanon, dejó en claro sus criticas al gobierno del MAS por no haber cumplido con sus expectativas de descolonización.

El aula de la clase en la cual cursamos un módulo de la maestría en Estudios Críticos del Desarrollo también está constituida alrededor de esa diversidad. Cursamos junto a un politólogo aymara, un funcionario colombiano de Naciones Unidas, una socióloga japonesa, un psicólogo paceño y una niña coqueta de Santa Cruz entre otros y otras. Quien está al frente de la clase es Carmen Medeiros, que conjuga marxismo, pos-estructuralismo e indigenismo en partes iguales y expone sólida y contundentemente sus argumentos, generando un clima de debate e intercambio realmente fértil sobre las posibilidades de las experiencias de emancipación. Vale decir al respecto que probablemente Bolivia sea un lugar sumamente apropiado para poder formular una visión crítica de las corrientes desarrollistas y neodesarrollistas y de las estrategias de control y dominio que se esconden tras los discursos del desarrollo. A la vez, es el territorio en el cual se construyen modelos autónomos alrededor del paradigma del Suma Qamaña. El tema que ilustra estas tensiones y que en este momento tiene en vilo a la sociedad boliviana es la construcción de la carretera que uniría Cochabamba con Beni y atraviesa  el Parque Nacional y Terriotorio Indígena Isiboro Securé.

Pudimos también visitar Viñetas con Altura, el festival internacional de historietas de La Paz que ya alcanzó las nueve ediciones, convocando dibujantes y guionistas de todo el mundo a un encuentro de exposición e intercambio de sus trabajos. La cita se realiza en el hermoso edificio del  Museo Nacional de Etnografía y Folklore, una institución comprometida de lleno con la difusión del presente indígena, que cuenta con una biblioteca, una sala de estudio, salas de reuniones y realiza periódicamente seminarios y debates.

O viajamos en el tiempo o se colgaron con el cambio del cartel




La experiencia boliviana acaba de empezar para nosotros. Obviamente no es momento aún de elaborar reflexiones propias sobre la realidad boliviana. Claro que en estos encuentros surgen los diálogos, las hipótesis, las conclusiones, los enojos y las esperanzas que este proceso genera, pero es muy pronto para exponerlas.

Hasta la próxima…




[1] Tomamos como fecha arbitraria la llegada de Evo Morales Ayma al gobierno, convirtiéndose en el primer presidente indígena de Bolivia,  un hecho inédito en la historia del país. Por supuesto, este logro es resultado de innumerables años de lucha y resistencia a la vez que el inicio de un desafío mayúsculo.
[2] Vamos a utilizar el  hipervínculo como herramienta para incluir de primera mano el modo en que movimientos, experiencias y lugares se presentan en la web y así evitar caer en innecesarias descripciones. De este modo, quien lo deseé, puede ampliar la información sobre lo relatado. También tenemos entrevistas a los protagonistas, que con gusto compartiremos.
[3] En Bolivia, por algún proceso que desconocemos pero que seria importante elucidar, no se ha impuesto la nominación de “pueblos originarios”, mote políticamente correcto en boga en Argentina.