sábado, 10 de diciembre de 2011

Onceava Entrega

Las últimas semanas han resultado particularmente intensas: viajes, visitas, encuentros y fundamentalmente, el hecho de haber empezado a trabajar en una dependencia estatal hicieron que tardemos más de lo habitual en escribir y alimentar el relato de nuestras actividades en Bolivia.

Luego de varias reuniones y entrevistas con funcionarios de distinto rango, fuimos asignados para trabajar (vale aclarar que de modo voluntario) en el Viceministerio de Descolonización, dependiente del Ministerio de Culturas. La Descolonización, tal como lo indica la Constitución Política del Estado, es un eje imprescindible para este proceso. El viceministerio es un espacio muy dinámico que pretende convertirse en el motor ideológico del proceso boliviano. Quienes allí trabajan toman sus tareas con responsabilidad militante y conciencia del rol que tienen frente a la historia. A la cabeza de este organismo está Félix Cárdenas, un indio aymara (tal como se autodefine) que a los 17 años ya era dirigente sindical en su Oruro natal. Formó parte del Ejercito Guerrillero Tupak Katari y varios años después, luego de esa experiencia en la lucha armada, presidió la comisión “Visión País” en la Asamblea Constituyente. Ahí conoció a varios/as asambleistas que mas adelante convocó para trabajar en el  Viceministerio. Félix es un excelente orador, absolutamente carismático y dueño de una  capacidad de lectura política que sorprende. El día que empezamos a trabajar, y pocos minutos después de conocerlo, nos invitó a ir con él al Alto para recorrer escuelas secundarias y entregar dvd´s de una adaptación teatral de “Las venas abiertas de America Latina”, el clásico de Eduardo Galeano. En las próximas entregas seguiremos contando más de esta maravillosa experiencia y del privilegio que significa para nosotros poder conocer desde adentro del Estado el trabajo por la descolonización y los desafíos que ésta supone.

Félix, el vice
La gente del Wayna nos sigue convocando a sus múltiples actividades, y esta vez fuimos para participar de la Comunidad de Saberes y Aprendizajes: un espacio mensual de encuentro en el cual se debate colectivamente sobre un tema necesariamente dificultoso: la construcción del Vivir Bien desde contextos urbanos. A partir de unos videos que sirvieron como disparadores de la discusión y de las consignas que repartieron los/as coordinadores/as, conversamos en grupos sobre su significado, la forma de construirlo y con quién y contra qué, entre otras problemáticas. Sin duda, el Wayna siempre aporta elementos para la reflexión conjunta sobre horizontes que es preciso debatir.

Como parte de las ceremonias ligadas al Día de Todos los Muertos, la Alcaldía de La Paz organizó una visita nocturna al cementerio, en la cual caminamos junto a una multitud entre las lápidas del camposanto, acompañados por guías que hacían referencias a los personajes celebres que allí se encuentran y contaban historias alrededor de las tumbas más ornamentadas. Al día siguiente, el cementerio volvió a recibir un mar de gente que, en honor a sus muertos queridos, desplegó ritos en los cuales se mezclaron las tradiciones cristianas con los usos y costumbres de las comunidades indígenas, generando un ambiente muy distinto al que percibimos en los cementerios que conocemos. Pero no son solamente los colores, los sonidos y los olores lo que llama la atención, sino que los modos de tramitar la muerte se parecen muy poco a los de las sociedades occidentales: lejos de ser una completa tragedia, las cosmovisiones indígenas consideran a este momento como parte de la vida, y de esa forma lo atraviesan.

Un romántico

De la mano de algunas de nuestras amistades, nos sumamos además a un espacio de formación y de discusión conformado desde hace más de dos años por jóvenes que piensan, sienten y viven el proceso de cambio. Junto a ellxs estamos leyendo “La revolución india” de Fausto Reinaga (1906- 1994), un célebre autor boliviano, considerado el padre del indianismo. Primero se hace una ronda de discusión sobre coyuntura en la cual se comparten opiniones y perspectivas y luego se debate sobre el texto. Allí discutimos, entre otras cosas, sobre las rupturas y las continuidades de la guerra de razas y la lucha de clases, las tensiones entre la institucionalidad estatal y los modos comunitarios de organización y los enfrentamientos con los sectores conservadores y la necesidad de redefinir el rumbo de este proceso.

Descolonizadores

Hace algunas semanas volvimos a Cochabamba,  una ciudad muy activa políticamente. Desde la guerra del agua, en el año 2000, la plaza central reúne diariamente a grupos que debaten fervorosamente, en una singular reedición del ágora ateniense. A pocos metros de distancia, el colectivo Thinku desarrolla su cátedra de pensamiento libre, en la cual se abordan distintas cuestiones y se hace una exposición sobre alguna temática histórica. Para completar el cuadro, hay montados unos paneles que hacen las veces de noticiero popular, donde se pegan los diarios del día, se hacen comentarios a las noticias y se critica la construcción de los medios hegemónicos. En un café a pocas cuadras de la plaza nos encontramos con Cocú, uno de los fundadores del Gaia Pacha, un colectivo de ingenieros ambientales que viene trabajando desde el 2006. El Gaia Pacha tiene fundamentalmente dos áreas de actividad: la investigación (sobre temas ligados a los recursos naturales) y la educación ambiental (realizan talleres en escuelas sobre contaminación y cambio climático). Terminando el día, nos encontramos con Carmen, una de las integrantes del colectivo CUECA (Colectivo Urbano por el Cambio). Desde ese espacio, un grupo de intelectuales discute e incide en la vida cochabambina participando en las campañas electorales, publicando solicitadas que marcan su posición y produciendo un programa semanal en la TV local. Esa misma noche viajamos a los suburbios de Cochabamba a la escuela de formación del CEFREC, donde nos dieron una calurosa bienvenida y participamos nuevamente en sus actividades.

Seguimos con un ritmo intenso. Conociendo, aunque de modo incipiente, la estructura estatal desde adentro, podemos ver las fricciones que se producen entre la necesidad de gestionar en el cotidiano y los intentos de construir nuevas relaciones sociales. Pero son esas mismas dificultades las que nos convocan a reafirmar y redoblar el compromiso con la lucha emancipatoria del pueblo boliviano.

Hasta la próxima…